viernes, 27 de abril de 2012

¿He...vuelto?

Hacía demasiado que no me pasaba por aquí. Lo dejé abandonado.
Y abandonado me lo encuentro.

Arena, un castillo destruido tal vez. Pero la esencia queda graba a fuego entre estas piedras que son simples hojas imaginarias. Como todo, ¿no?. Aqui nada es real. Solo los sentimientos que un día dejé.

Y eso me hace terriblemente gracia.
¿Por qué?

Bueno, digamos que ha pasado tiempo. ¿Habré cambiado mi manera de pensar? Supongo que en los valores no. Justicia, amor y libertad (sí, como la canción), irán siempre por delante. Pero la manera de enforcarlo es completamente distinta.

Digamos que antes estaba encerrada y ahora soy más yo. Me he dado cuenta que es gracioso y divertido salir con una sonrisa a la calle y quedarse mirando las cosas que siempre me han sorprendido o gustado sin temor a lo que piensen o crean los que están a mi alrededor.

¡Anda ya!
Lo siento pero me paro y me pararé siempre para ver los saltitos de un gorrión.

Esto me recuerda...el otro día en la estación de autobuses me detuve en mi pequeña carrera de llegar cuanto antes a mi casa. Esas pequeñas cosas son las que hacen la vida ¿sabéis? No era nada especial. Caminaba entre las baldosas desgastadas del suelo, a su ritmo, buscando comida tal vez. Pero sus plumas eran completamente nuevas para mi.
Hablo de una paloma. Una simple paloma que tuve la necesidad de fotografiar. Y sonreí.
Recuerdo alguna mirada sorprendida. Sin embargo no me importó. Yo era feliz.

De la misma manera que hace solo dos días, el miércoles, en el camino entre facultad y para de autobús, mientras iba hablando con un amigo por el móvil (pidiendo sopitas para que me ayudase en un vídeo que debo entregar en clase), vi en el suelo un abejorro. Gordo, inmovil, en peligro.

Me agaché y le rocé el cuerpo con cuidado con el dedo. Es increible, pero son suaves. Sonreí cuando vi mover sus patitas. ¡Ajá! ¡Así que estaba vivo! Busqué en la hierba una hoja seca con la cual le cogí y lo llevé a donde nadie pudiera pisarlo.


Pasaron un par de personas que miraron de reojo qué hacía. Creo. Tampoco es importante (sólo quería recalcar el que me importa bien poco).

Hoy...creo que lo he encontrado muerto. Pisado. En fin, yo no podía hacer más.

Y diréis, (si es que alguien lo lee). ¿Todo esto por qué?
Pues la verdad, no lo sé.

Tal vez sólo necesitase leerme a mi misma contando estas banalidades.

5 comentarios:

Isa dijo...

No eres la única que anda pisando baldosas y observando como se quedan dibujadas las huellas en la arena; y aunque peses muchos kilos menos que yo y también tengas incluso la mitad de años que los míos (porque tiene eternidades que no puedo decir: ¡Voy a la facultad!) ambas podemos decir, más allá de edad y demás trivialidades: ¿He...vuelto?
Saludos afectuosos.

Carlota Cheshire dijo...

¿Esa foto es de Florencia por casualidad?

Saludos!

Unknown dijo...

Me gusta lo que escribes o lo que posteas, a mi en lo personal me encanta escribir en blogs, soy aventurero de corazón, tal vez un día podamos compartir blogs u opiniones.

Saludos.

Hoteles en San José

Tamara Cayuela dijo...

¡Hola! Me paso por tu blog para pedirte un pequeño favor. Estoy empezando un pequeño gran proyecto. Intento escribir un libro y voy a ir subiendo los capítulos a mi blog. Me gustaría que te pasaras y me dieras tu opinión.
Muchas gracias!
Un saludo (:

Capítulo 1

jfbmurcia dijo...

Preciosas banalidades, por cierto. Saludos.