lunes, 28 de septiembre de 2009

Vuelta a caer

Perdida en un laberinto de piezas blancas y negras. Todo confuso alrededor, quizas mirar sea peor que ir a ciegas. Que irá a ocurrir... en una sala antes de llegar al centro del laberinto se funden sentimientos frios con los que queman. Jamás fueron buena convinación y todo lo que se atreve a atrasvesar ese lugar queda hecho piedra con una hiedra adherida para aprisionar aún más si cabe al pobre desgraciado. Atrevido, temeroso o loco, quien sabe qué era lo que ahora es piedra. La cuestión es que quiso atravesar esa sala para llegar al centro del laberinto...donde se guarda muy minuciosamente un corazón palpitante, desprende un suave y acogedor calor y una luz que no hace más que aliviar esa oscuridad que "el ganador" pueda tener en el alma.



Y yo...solo grito, de horror, de pena, de tristeza, de odio...un grito cuyo final es ronco dejándome la voz. Y caigo de rodillas sin razón pidiendo al cielo alguna explicación del por qué...pero, como siempre, el cielo se vuelve mudo o tal vez aparta la mirada. La luna se esconde tras las nubes...cobarde...y el sol no se digna a salir. Las fuerzas parecen desaparecer a la par que una intensa oleada de adrenalina me sugiere correr y destrozar todo aquello que vea. No obstante utilizo esa adrenalina para lanzar otro grito... esta vez, desesperado. Y es entonces cuando caigo de lado, mirando al infinito sin ver nada, sintiendo la hierba fria rozando mi mejilla. El frio aparece por arte de magia, antes no lo sentía, y me envuelve como si de una manta se tratase. Mis dientes castañetean...y mis ojos se cierran en espera de despertar tras haber dormido al dolor de la tristeza.

1 comentario:

Tréveron dijo...

Tal vez, tras alguno de los despertares, algún día veas que algo ha cambiado.

Puedes limitarte a esperar que algo cambie a tus ojos.

Y puedes mirarlo tú con otros ojos.

Post Data: Combinar es con B xD