lunes, 26 de enero de 2009

Caperucita Roja III

Ante esa respuesta, él dirigió la otra mano hacia el límite de la piel y el pantalón. Miró de reojo la nueva barrera y haciendo caso por un momento al raciocinio desabrochó el pantalón para después de nuevo, tirar con fuerza cual poderoso animal. Tardó poco en despojarla de los vaqueros lanzándolos junto al resto de su “ropa” o más bien, de lo que quedaba de ella. Casi sonrió al creerla completamente desnuda para él pero notó un último obstáculo. Por lo menos esperaba que no fuera tan difícil de quitar como aquel que guardaba sus frutos. Desvió la mano hacia la entrepierna de la chica una vez apartado su propia pierna para dar paso a la mano. Presionó allí donde el vello no crecía con el índice y corazón notando una gran humedad a los pocos segundos. Aquello le gustó por lo que siguió con las caricias sobre lo que se acababa de endurecer pidiendo ser rozado constantemente.

La muchacha comenzó a jadear. Al principio poco, despacio, pausado… después más rápido y descontrolado hasta no ser capaz de dirigir su respiración. Se aferró con fuerza a la cabeza del hombre dejándole escuchar directamente sus entrecortadas respiraciones de placer. Esto incitaba al hombre a seguir, y eso hizo, cada vez más rápido, con más fuerza. La chica terminó por ponerse de puntillas y él no pudo evitar apartar la tela para mojarse un par de dedos al entrar en ella. Deseaba explorarla a fondo, saber donde desprendería más calor y en qué puntos ella se desharía por el placer. Comenzó un ritmo lento pero seguro con la mano hasta que los fluidos fueron cayendo hacia su palma. Despacio salió de ella tras un rato y se lamió la mano sonriendo ante el sabor. La agarró de la cadera levantándola del suelo y ella aprovechó para rodearle con las piernas. La dejó en el suelo y hundió la cabeza tras el monte de Venus oliendo el olor de la hembra, saboreándola aprisa llevando la lengua arriba, abajo, a izquierda y derecha.
La muchacha creyó enloquecer aferrándose a las hojas secas del suelo y sacudiendo la cabeza de un lado a otro poseída por el deseo y el placer. Pronto obtuvo el hombre el elixir que tanto deseaba recibiéndolo de buen agrado entre largos e interminables lametones. La mujer se convulsionaba aún cuando él se colocó sobre ella entrando con cuidado pero hasta el fondo. Entrelazó los dedos con los de ella mientras la poseía.

Los gemidos de la mujer eran lo único que se oía a varios metros a la redonda. Ella se deshizo de las manos del hombre para arañarle la espalda con fuerza mientras sus piernas también guerreaban en aprisionarlo. De pronto lo giró quedando ella encima. Sonrió traviesa y se aferró a sus hombros llevando ella el ritmo de aquel baile nocturno. El sudor había aparecido hacia poco en sus cuerpos pero eso no impedía que los dos siguieran deseando placer, tanto dar como recibir.

Las caderas de la chica se movían con fuerza chocando contra las de él. Fue arqueando la espalda poco a poco volviendo a gemir en la noche cuando él la agarró de las caderas moviéndose bajo ella con el salvajismo que le delataba.

Ambos sabían que el límite estaba cerca por lo que se apresuraron en dar las últimas caricias de placer. Ella le arañó el torso mordisqueándole el labio inferior antes de fundirse en un beso mientras él se perdía en los senos de ella que no hacían más que bambolearse.
Al cabo de varios minutos, el hombre se aferró al trasero de la chica explotando dentro de ella, soltando un suspiro placentero al terminar. Ella, se aferró al hombre abrazándolo con fuerza cuando sintió llegar quedando ambos jadeando, tumbados en el suelo, cansados pero contentos y relajados.

La noche volvió a recobrar su sonido. Los búhos ululaban contando la historia de pasión de la que habían sido testigos. La luna se atrevió a salir de nuevo entre las nubes arropando a la pareja mientras descansaban.






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Este cuento ya finalizado esta dedicado a Fang =]
espero les haya gustado n.n

1 comentario:

JJ dijo...

jajajajaja, muy muy bueno, aunqeu como todo el mundo pensara y aciertan me ha gustado mas la tercera parte.

Escribe mas asi, que me gustan